Razones para tomar la decisión de retirar la bañera

El plato de ducha se impone en los hogares españoles frente a la clásica bañera.

Y lo hace por múltiples factores.

Y por no menos públicos objetivos que centran sus intereses en los diferentes aspectos, recursos y beneficios que ofrecen los platos de ducha. Y en TEGLER sabemos de lo que os hablamos porque no sólo vendemos platos de ducha, también los clientes nos explican sus razones, de ahí que lo que estáis a punto de leer no sea una hipótesis, sino muchas realidades que, sumadas, arrojan este artículo.

Podríamos decir que un plato de ducha tiene tantos “consumidores” como miembros tiene una familia. Y nos quedaríamos cortos. Dando un paseo por una familia corriente podríamos ir observando y comprendiendo esas ventajas de las que os hablábamos al principio.

Hablemos pues de una familia ficticia y, a través de ella, os daremos muchas razones para tomar la decisión de retirar la bañera para modernizar e incorporar un plato para que los diferentes miembros de una familia lo puedan utilizar.

#1. La primera razón la hemos casi esbozado ya, al decir “retirar la bañera”. Y es que las bañeras son casi un vestigio del pasado. Hablamos de años, y décadas, en los que el consumo del agua era desmedido. Por un lado porque su precio no nos dañaba el bolsillo.

#2. Y por otro lado porque las viviendas, si bien acogía a familias más extensas que las actuales, también eran sensiblemente más grandes que las de ahora. La ducha de una familia entera consume menos agua que el baño de uno de sus miembros, por lo que al ducharte podrás estar pensando en cada euro que te ahorras y comprenderás que el esfuerzo hecho para incorporar el plato de ducha no es gasto alguno sino inversión.

Así pues empezamos a esbozar dos factores, o razones, que hacen aconsejable pasarse al plato de ducha: el salto generacional que puede existir en una familia corriente cuya casa albergará, como poco, a padres e hijos, ya veces incluso a los abuelos.

Hablamos de edades, la de los niños, los padres y los abuelos, en las que, cada cual con sus necesidades características, terminamos primando la seguridad y la accesibilidad. Y tanto para un niño como para un abuelo se hace primordial evitar tener que sortear la bañera para poder acceder a la ducha.

Por lo que la primera razón es por seguridad. Los platos de ducha están contribuyendo a rebajar las cifras de accidentes domésticos.

Por un lado porque no necesitas (sobre todo los abuelitos) destreza ni agilidad para acceder a ellos. Segundo porque los nuevos materiales, y sobre estos hablaremos largo y tendido en este blog, hacen que sean más fiables que las bañeras, porque son antideslizantes y porque incluyen accesorios (de los que también hablaremos) que permiten a una persona mayor tomar una ducha sentada.

Este detalle podrá parecer baladí a más de una persona, pero a todo el que piense así terminará comprendiendo cuánta razón tenemos, sino ahora, dentro de unos años.

Otro motivo sería el espacio.

Hay ciudades en los que el metro cuadrado ya no se mide por centímetros, ni por los euros que cuestan en el mercado. Se mide en tres dimensiones, pasado esa superficie de m2 a m3 y todo ese espacio arañado al cuarto de baño termina siendo un tesoro.

Incluso por higiene.

La misma accesibilidad que hace que sea fácil y seguro acceder a una ducha con plato de baño para ducharte, hace que sea fácil de limpiar.

Como veréis no son pocas las ventajas del plato de ducha.

 



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